El rol de la mujer en la comunicación y construcción de paz

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, se llevó a cabo en la Javeriana Cali un conversatorio sobre el papel de la mujer en la comunicación y la construcción de paz en Colombia. Este encuentro reunió a mujeres líderes en el ámbito del diálogo y la reconciliación, quienes han trabajado directamente con víctimas del conflicto armado, aportando perspectivas fundamentales sobre la justicia, la reparación y la transformación social en el país. El evento fue organizado por la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, el Departamento de Ciencias Jurídicas y Políticas, el Consultorio Jurídico y la Carrera de Derecho. 

El encuentro contó con la participación de Marcela Giraldo Muñoz, magistrada de la Jurisdicción Especial para la Paz; María Camila Mantilla, secretaria de Paz Territorial y Reconciliación de la Gobernación del Valle del Cauca; Adriana Loaiza Guzmán, subsecretaria de Atención Integral a Víctimas del Conflicto Armado de la Alcaldía de Santiago de Cali, y Norma García, coordinadora de la Mesa de Participación de Víctimas de Santiago de Cali y representante legal de la Fundación Semillero Llano Verde.

El diálogo inició con una reflexión sobre el papel de la mujer en contextos de conflicto. Marcela Giraldo Muñoz compartió su experiencia en el estudio del conflicto étnico-racial en Ruanda y su relación con la realidad colombiana. "Cuando analizamos lo ocurrido en Ruanda, vemos que la violencia contra las mujeres en el conflicto es sistemática y estructural. En Colombia no es diferente: las mujeres han sido víctimas, pero también lideresas en la resistencia y la reconstrucción social".

Por su parte, María Camila Mantilla destacó la importancia de reconocer los esfuerzos de las comunidades que buscan la paz en medio del conflicto. "Las mujeres en los territorios han sido gestoras de paz por naturaleza. No llegan con discursos ajenos, sino con realidades vividas que les permiten proponer soluciones desde su propia experiencia", afirmó.

En la misma línea, Adriana Loaiza Guzmán resaltó la necesidad de que el Estado brinde apoyo y garantías a las víctimas. "No basta con reconocerlas, debemos escucharlas, incluirlas en las decisiones y garantizar que sus derechos sean restituidos de manera efectiva".

Un punto clave del conversatorio fue el papel de las mujeres en la construcción de paz en el Valle del Cauca. En la región, la mayoría de los miembros de la Mesa Departamental de Participación de Víctimas son mujeres, lo que demuestra su liderazgo en la transformación social y la necesidad de potenciar su participación en la toma de decisiones.

Por su parte, la lideresa social Norma García compartió su historia como víctima del conflicto armado. "Yo fui desplazada por la violencia y cuando llegué a Cali, me encontré con una realidad dura: la discriminación, la falta de oportunidades y el dolor de haberlo perdido todo, pero encontré en otras mujeres un refugio, una fuerza que me permitió levantarme y luchar por nuestros derechos".

Desde su labor en la Fundación Semillero Llano Verde, Norma ha trabajado en la reparación de víctimas y en la creación de espacios de apoyo y empoderamiento. "Hoy, las mujeres víctimas estamos organizadas, alzamos la voz y exigimos justicia. No queremos ser vistas solo como víctimas, sino como agentes de cambio", enfatizó.

Para cerrar el encuentro, Marcela Giraldo retomó su experiencia en el Tribunal Internacional de las Naciones Unidas para Ruanda y su aplicación en Colombia. "El Estado no puede diseñar estrategias de reparación desde el escritorio. Hay que ir a los territorios, escuchar a las víctimas y entender sus necesidades reales".

Además, subrayó los retos que enfrenta la justicia transicional en Colombia. "A diferencia de otros conflictos, aquí no hubo vencedores y vencidos claros. Estamos hablando de una guerrilla con más de 50 años de existencia y de un Estado que también ha tenido responsabilidad en la violencia. La paz no se decreta, se construye con justicia y reconciliación", concluyó.

El evento evidenció que la construcción de paz es un proceso continuo, donde las mujeres han sido y seguirán siendo protagonistas fundamentales. Su liderazgo en las comunidades y en los espacios de decisión demuestra que la paz no solo se construye desde las instituciones, sino desde el trabajo incansable de quienes han vivido el conflicto y buscan transformar su realidad.