COP16: El desafío de regular el acceso y los beneficios de los recursos genéticos

Uno de los puntos clave de la agenda de la COP16, que se realiza por estos días en Cali, es la regulación del acceso a los recursos genéticos y la distribución justa de los beneficios derivados de su uso. Este enfoque busca examinar las normativas aplicables a industrias farmacéuticas, cosméticas y alimentarias que utilizan recursos como microorganismos y plantas.

Por años, el uso del recurso genético les ha reportado ganancias multimillonarios a los países avanzados en biotecnología, pero pobres en biodiversidad, mientras que a los países de origen de esos recursos rara vez ven beneficios proporcionales. “De hecho, se han perjudicado porque patentes de alguno de estos desarrollos les puede impedir el uso tradicional de plantas, microorganismos o animales asociados a esos recursos genéticos. Por ello, se requiere un trabajo conjunto a nivel internacional para disminuir los riesgos de la biopiratería y reconocer beneficios a los países y comunidades de los territorios donde se encuentran esos recursos”, sostiene el director del Departamento de Ciencia Jurídica y Política de Javeriana Cali, Carlos Andrés Echeverry.

¿Qué se ha avanzado en la protección de los recursos genéticos?

Desde 1992, con el Convenio de Biodiversidad Biológica (CBD) firmado en Río de Janeiro, se reconoce la importancia de proteger los microorganismos, ecosistemas y unidades de herencia genética como el ADN y sus derivados. Los países miembros de la Conferencia de las Partes, COP, se han comprometido a su protección. Además, existe el Protocolo de Nagoya sobre uso de recursos genéticos y de distribución justa y equitativa de beneficios redactado en la COP de 2010 y en vigor desde 2014. 

Según el profesor Carlos Andrés, esa protección se logra mediante los contratos de acceso, el consentimiento informado y las negociaciones justas con comunidades indígenas y locales, “cuyo conocimiento es esencial para las investigaciones. Estos mecanismos fortalecen el principio de soberanía sobre la biodiversidad, asegurando una distribución justa de los beneficios derivados de los recursos genéticos”, añade. 

Situación en Colombia y los retos de una distribución justa

En Colombia, bajo la Decisión 391 de 1996 de la Comunidad Andina de Naciones, se regula el acceso a los recursos genéticos mediante contratos y consentimiento informado que se suscribe ante el Ministerio del Medio Ambiente, y quien no transmite ese contrato es objeto de un procedimiento sancionatorio ambiental.

“Pero todavía no hay una distribución equitativa de los beneficios del uso de recursos genéticos. Para ello debe haber primero un trabajo especialmente por parte del gobierno nacional en fortalecer capacidad de negociación, porque hay una asimetría muy grande entre una multinacional que envía a sus investigadores y la comunidad, que suelen carecer de las habilidades necesarias para negociar”, sostiene el profesor Echeverry. 

Además, no existe una norma internacional que obligue a los países miembros de la COP a exigir claridad a las compañías sobre el origen de los recursos genéticos, lo cual permitiría una mejor distribución de beneficios. Tampoco hay aún iniciativas como crear un fondo multilateral para los países que son biodiversos y suministran estos recursos.

Compromiso de la Universidad Javeriana Cali

La Universidad Javeriana Cali, consciente de la importancia de reglamentar el acceso equitativo y responsable a los recursos genéticos, así como a desestimular la biopiratería, ha incluido esta problemática en el currículo de la carrera de Derecho, la Especialización en Derecho Ambiental y en proyectos de investigación.

Asignaturas como Instrumentos de Control y Manejo Ambiental abordan estos temas en profundidad. Además, la carrera de Biología respeta las normativas relacionadas en sus investigaciones. “En el Departamento de Ciencia Jurídica y Política, tras la COP16, impulsaremos un proyecto de investigación sobre la propiedad intelectual de los recursos genéticos”, concluye el profesor Echeverry.